Los Cambios En El Amor Y Las Relaciones De Parejas Contemporáneas En El Perú

Producto del dialogo en aulas con los alumnos de psicología, sea en la catedra o de manera informal, surgen las siguientes reflexiones en relación a la visión contemporánea del amor y las relaciones de pareja.

En nombre del amor, se han tejido un conjunto de mitos, historias, tradiciones, etc., en la que clásicamente la mujer es la encargada de llevar y sostener abnegadamente la relación de pareja, la familia, el bienestar de los hijos, etc., donde el hombre cumple un rol de proveedor, básicamente,  y la mujer  la de esperar al hombre cuando finaliza el día. Lo cual se puede observar en el devenir de la historia y en algunas zonas de nuestro territorio.

En el Perú actual, prevalecen todavía mitos, tabúes y sanciones sociales implícitas en el proceso de contraer una relación de pareja, así como en el rol de la mujer y el hombre.

En el caso de la mujer, existen desde los tiempos “ideales para el compromiso y el casarse” impuestas por algunas familias de origen tradicional, y en el caso de no cumplirse con lo estipulado, se es señalada  socialmente y ataviándosela de adjetivos. Con lo cual se la direcciona a un rol ya prescrito por la sociedad y en silencio.


Lo cual genera la imagen del amor y a la mujer peruana como amorosamente abnegada, la cual es responsable de la felicidad de la pareja y la familia, teniendo el arduo deber de mantener encendida la llama de amor , «soportanto» desplantes, inseguridades, adicciones, infidelidades, y malestares accesorios que se han consolidado como derechos del  hombre.

Realmente, es una responsabilidad amplia, dura y que genera culpa en el caso de que algo llegue a fallar en la relación de pareja o ante los conflictos que son parte de la dinámica de la misma. Las cosas no están claras en la relación de pareja en el Perú.

Estas imágenes son provenientes de espacios aún existentes en el Perú actual, fenómeno que en las ciudades capital, ya está cambiando, lentamente, pero cambiando. Sin embargo es bueno notar que  persisten y existen en zonas aun “tradicionales”.

Imagen generada por el machismo imperante en el Perú. Y alimentada por los circuitos de comunicación masiva, tan  solo basta encender el televisor y recordar que aun que pasan telenovelas (y que observe en la infancia) y que siguen aun reeditándose con  los  mismo guiones, solo que en esta ocasión con nuevos protagonistas. Pero la historia es la misma, la de la abnegada mujer que espera estoicamente al hombre como salvador de una situación.


Esta imagen en algunos sectores de la población se está cayendo cada vez con mayor rapidez (me refiero a las zonas urbanas y con acceso a la oferta educativa de educación superior – universitaria), el fenómeno de la globalización está aportando, a homogenizar las culturas, roles y responsabilidades, donde el género femenino asume en la actualidad roles de gerencia, jefaturas, etc. y por capacidades que el hombre tiene que desarrollar pero que el mismo rol  masculino lo encasilla, en una conserva cultura, lo encorceta (tema que planteareamos en otro artículo). Donde ella, ahora decide cuando casarse, con quien, el estudiar un post-grado y planificar su vida, mas ya no permite que se la planifiquen en pro del bienestar de la familia y pareja.


Estos cambios post modernos están generando estados de crisis,  depresiones y conflictos (lo cuales se expresan en diversos clientes hombres, en las sesiones de terapia individual y de pareja), quienes han estado sosteniendo la imagen tradicional de la mujer que busca la protección, el estar bajo el tutelaje del hombre peruano, como la damisela en peligro que se encuentra a la espera de un principe que la salve y proteja.

El empoderamiento del género femenino ha  desconcertado  al hombre del siglo XXI, la mujer  se empodera en cada día, reclama y asume sus justos derechos, determina su felicidad y es dueña de su destino, determina cuando se inicia una relación y también plantea cuando termina. Lo cual ya deja de ser patrimonio exclusivo del hombre.


Encontramos que la balanza del poder y el amor se convierten en la actualidad en patrimonio de la pareja y ya no solo de uno de los miembros, sin embargo todo este proceso de nuevos roles y acomodación en la dinámica del vínculo, conllevan a procesos de inestabilidades y conflictos, en la reacomodación de dos culturas personales que se juntan y  que deben de procesarse.

Al respecto, el espacio generado en la terapia de pareja es una oportunidad para el fortalecimiento de la relación para ya no verla como una debilidad, sino, muy por el contrario para obsérvalo como una oportunidad de desarrollo y fortalecimiento de la relación en la pareja  y de quienes los sucederán de concretarse como tal en el tiempo.


Psicólogo . Alvaro Silva Távara
Lima, 27/04/2012