“La salud sexual hace referencia  a la experiencia como proceso continuo de bienestar físico, psicológico y socio cultural relacionado con la sexualidad. No se trata solo de la ausencia de disfunción, enfermedad o discapacidad: la salud sexual se observa  en las expresiones libres y responsables que propinan un bienestar armónico personal y social.
La OMS define la salud sexual o sexualidad sana como:
La aptitud para disfrutar de la actividad sexual y reproductiva, amoldándose a criterios de ética sexual y reproductiva, amoldándose a criterios de ética social y personal. La ausencia de temores,  de sentimientos de vergüenza, culpabilidad, de creencias infundadas y de otros factores psicológicos que inhiban la reactividad sexual o perturben las relaciones sexuales. Y la ausencia de trastornos orgánicos, de enfermedades y deficiencias que entorpezcan la actividad sexual y reproductiva.”

Desde este punto de partida podemos hablar de una salud sexual en la pareja, en el sentido de que si existe una salud sexual y de cómo esta influye o no para la unión de la pareja.
Podemos mencionar que es un pegamento muy fuerte la salud sexual de la pareja,  como manifestación de varios pacientes, en el sentido que  las diversas preferencias en el ámbito de la sexualidad facilita el encuentro como pareja con una sexualidad responsable y de disfrute. Donde la no compatibilidad de las costumbres para el disfrute puede  generar dificultades en algún momento.
Existen también creencias de frigidez  femenina o impotencia sexual masculina y muchas veces   no son reales (de base orgánica) si no son producto de relaciones sexuales insatisfactorias en la pareja que la van a perturbar en su desarrollo.  Encontrando un déficit en la comunicación y confianza para transmitir el deseo sexual o para la práctica por acuerdo mutuo la cual puede estar afectada por temores o mitos.

Dr.Juan Carlos Kusnetzoff en Soluciones para el buen sexo. Técnicas eficaces para problemas comunes.