El proceso de ayuda post separación, lo estamos planteando como el camino que se sigue a la separación definitiva de la pareja, hablamos de un proceso de duelo, ya sea por el fallecimiento de uno de los miembros, acuerdo bilateral o decisión de alguno para enrumbar en otro camino, principalmente.
En los casos mencionados, hablamos del proceso de duelo, el cual produce un dolor ante la pérdida del objeto amado, en el cual se ha depositado una carga afectiva.
Es importante mencionar que nuestra cultura se encuentra enraizada con los rituales asociados a los duelos, como el llevar flores a quien falleció en fechas especiales, mantener el luto por un determinado tiempo a través de la ropa y actos como el no asistir a reuniones festivas, etc.
En los procesos de perdidas, es importantes explorar que acción o ritual facilitara la partida del otro miembro como parte de un proceso de despedida. Los duelos toman un tiempo, como la de una tristeza que tiene que ser expresada en el dolor por la perdida. El ser doliente es el que se encuentra sufriendo y conmociona a toda la familia y esta es la que se observa, movilizada ante el dolor del miembro que sufre. En otros casos el proceso de duelo puede afectar esferas del personal, social, laboral, etc.
Cuando alguien en la familia, se ha observado que esta, deja el lugar de aquella persona como intocable, su espacio en la mesa, colocándoles su set de cubiertos y van funcionando como si nada hubiese cambiado, como congelados en el tiempo, reteniendo la partida de aquel miembro, recordándolo en cada acción y cada momento. Si lo mencionado se instaura como parte de la rutina, encontramos un proceso de duelo inconcluso y complejo.
En el ámbito de pareja encontramos en ocasiones que el mantener la habitación intacta como a él o a ella le gustaba, con las fotos y recuerdos de aquella relación. Es como seguir viviendo con la presencia del otro en la ausencia. Por lo pronto no ayudara mucho aquello para despedir al otro y salir de aquella etapa del duelo. Ya que los recuerdos mantienen vivo al que partió.
Al respecto, plantearemos algunas recomendaciones si es que se ya se decidió una separación definitiva, algunas son aplicables en su totalidad y otras en menor medida:
Evite las llamadas recurrentes para saber o conocer de su estado de ánimo (comuníquese estrictamente lo necesario)
Las relaciones de pareja o encuentros esporádicos sexuales no ayudan en esta parte del proceso.
Si no pudo expresarle aquello que tenía que expresarse, escríbale una carta a pesar que no pueda enviársela, podrá releerla y explorarla con su terapeuta en consulta psicológica, como parte de un proceso de acompañamiento.
Evite estar sola o solo, reúnase con sus amistades que le puedan acompañar y escuchar.
Visite vidrieras, salga a tomar un café, realice alguna actividad que evite el estar pensando circulantemente el o ella o la relación.
Realice actividad física como el caminar o algún deporte de su preferencia.
De ser posible remodele los espacios donde se frecuentaban en la mayor parte de la casa, para convertirla en un nuevo espacio. Si es viable: pintarla de nuevo de un color diferente.
La habitación donde compartían el vínculo afectivo – sexual, cámbiela de orden.
Si tiene elementos que le recuerden a él o ella, o son de su pertenencia, guárdelos en una caja y encíntelos, en otra etapa de su vida podrá explorarlos nuevamente, si es que lo desea.
Y lo más importante, acuérdese que estos pasos, no reemplazan la intervención del psicólogo.
Si es de su preferencia acuda a un spa y solicite una sesión de masaje relajante. El cuerpo también se impacta y se tensa en los procesos de dolor.
Algo muy importante, elija al profesional que le genere un vinculo de confianza para que lo/a acompañe en este etapa de su vida.