Media Naranja en el amor
En variadas ocasiones uno de los frecuentes motivos de consulta psicológica es la soledad afectiva en la que se encuentran muchos consultantes, el motivo es el buscar a su media naranja, príncipe azul, o a su alma gemela en la tierra.
Si nos ponemos a reflexionar sobre el motivo de búsqueda de pareja, nos encontramos que se está buscando a un complemento, pero no es cualquier complemento, es una media naranja la cual probablemente va cerrar y conformar un circulo casi perfecto, con características similares, de por si es una búsqueda narcisista en pro del amor, una búsqueda de amor en pareja que cuadre con sus características, y cuando les pregunto y aquella media naranja, debiera tener alguna característica en particular, el consultante me refiere una lista, con requerimientos, características. Si bien es cierto tenemos siempre expectativas de cómo nos agradaría que sea el ser “ideal” es saber aquello, es un ideal y si la búsqueda se rige en un complemento casi exacto, será una búsqueda que tomara un buen tiempo e inclusive es muy probable que se encuentre a alguien con características muy cercanas solo que al buscar la media naranja, circulo casi perfecto, sin no engarza, es desechado. De por sí sería recomendable el no buscar a una pareja con una lista de preferencias, la búsqueda se puede extender en el tiempo, y muy prolongadamente.
El príncipe azul, en ocasiones encontramos discursos de una idealización cercana a la infancia, como en el cuento de hadas, donde se busca a un héroe o heroína, que luchara por ella o por el contra los dragones y fuerzas del mal, alguien que busca un héroe, un salvador de su situación vital que vendrá mágicamente como en un ritual donde un hada madrina ejecutara un movimiento mágico y brindara una zapatillas de cristal para facilitar el encuentro con el ser amado idealizado. Y si el príncipe azul tiene las características de los cuentos de hadas, la búsqueda será más amplia aun en nuestro medio. Es como el buscar la imagen de Barbie en un país, que no estamos cercanos a aquello y de base encontramos, el pedido de un amor idealizado e infantil desfasado de la realidad, la búsqueda se puede prolongar nuevamente.
Un alma gemela, es un pedido de corte trascendente, pero a la vez con un tinte narcisista, como el buscar la propia imagen en reflejada en el agua. Lo gemelo como aquello que tiene que encajar, como un forzarlo, una figura que tiene un lugar y espacio. A lo que le sumamos, como será un alma gemela, un pedido de búsqueda complejo y abstracto.
En este panorama, si bien llevamos con nosotros expectativas, es necesario considerar que estas no se conviertan en un molde, en el que busquemos que el otro se enmarque.
A modo de reflexión, si ya se intentó lo que se ha intentado y no ha funcionado, se tiene dos caminos: el seguir probando la misma fórmula o camino y saber que encontraremos resultados similares y encontramos un camino para no conseguir lo buscado.