La pareja perfecta

El presente artículo surge en base a un post de un alumno en relación al amor.

Iniciamos desde el amor del otro, que desea construir desde su amor, un amor que devora al otro y hace que este desaparezca, o el construir sobre la imagen del que ya existió, aquello me hace reflexionar sobre la imagen de una pareja al mejor estilo de un  Frankeistein, unido con piezas recortables y de retazos que su creador va reconstruyendo, un amor que se genera y destruye y tomando a  Bion “desde la parte psicótica de uno de los miembros”, una imagen en la que se busca destruir lo que existe en el otro.  Desde un ideal del yo.

Un amor narcisista, construido en el otro. La finalidad es construir una pareja perfecta. Por el amor narcisista se deja y se pierde la individualidad. Desapareciendo. El amor cuando abruma genera la desaparición del otro “por amor”.  El otro en un esfuerzo por amar se sintetiza en el otro ser. Si se le combina: una estructura dependiente por parte de uno de los  miembros, la relación se perpetúa sin percatarse la pareja de la desaparición de uno de ellos. Quienes se percataran serán el entorno y la familia cercana. Una fusión a largo plazo es una probabilidad con lo que pueda conllevar a uno de los miembros, el otro se mantendrá en su eje.

¿.  ¿Qué ha dejado de ser el otro, para complacer al partenaire? Puede inclusive verse “sanamente” como una expresión del amor romántico.

Ejemplos como el comenzar a vestir casi idénticos, los mismos colores y estilos. Haciéndose indistinguible la diferenciación, para algunos puede ser el amor ideal, ¿sin embargo a que costo se ha logrado? El que uno de los miembros sucumba y desaparezca en el proceso.

Decidiendo uno de los miembros por el otro, desde el estilo de vida, la vestimenta, la alimentación y el otro miembro mimetizado, aceptando en nombre del amor. Dejando de ser quien es. Dos mentes gemelas, incluso llegan a pensar similar.

La existencia de la pareja se garantiza en base a las diferencias y la no perdida de la individualidad como expresión de salud, considerando espacios y puntos de encuentro en común, que es también lo que une, como pegamento a la pareja. Unión que se da en segmentos y en otros no, cada miembro es libre de elegir.  Caso contrario es el disfrutar y enamorarse de un clon propio. Lo cual es también una opción, descrito anteriormente.

Busqueda de la media naranja

Media Naranja en el amor

En variadas ocasiones uno de los frecuentes motivos de consulta psicológica es la soledad afectiva en la que se encuentran muchos consultantes, el motivo es el buscar a su media naranja, príncipe azul, o a su alma gemela en la tierra.

Si nos ponemos a reflexionar sobre el motivo de búsqueda de pareja, nos encontramos que se está buscando a un complemento, pero no es cualquier complemento, es una media naranja la cual probablemente va cerrar y conformar un circulo casi perfecto, con características similares, de por si es una búsqueda narcisista en pro del amor, una búsqueda de amor en pareja que cuadre con sus características, y cuando les pregunto y aquella media naranja, debiera tener alguna característica en particular, el consultante me refiere una lista, con requerimientos, características. Si bien es cierto tenemos siempre expectativas de cómo nos agradaría que sea el ser “ideal” es saber aquello, es un ideal y si la búsqueda se rige en un complemento casi exacto, será una búsqueda que tomara un buen tiempo e inclusive es muy probable que se encuentre a alguien con características muy cercanas solo que al buscar la media naranja, circulo casi perfecto, sin no engarza, es desechado. De por sí sería recomendable el no buscar a una pareja con una lista de preferencias, la búsqueda se puede extender en el tiempo, y muy prolongadamente.

El príncipe azul, en ocasiones encontramos discursos de una idealización cercana a la infancia, como en el cuento de hadas, donde se busca a un héroe o heroína, que luchara por ella o por el contra los dragones y fuerzas del mal, alguien que busca un héroe, un salvador de su situación vital que vendrá mágicamente como en un ritual donde un hada madrina ejecutara un movimiento mágico y brindara una zapatillas de cristal para facilitar el encuentro con el ser amado idealizado. Y si el príncipe azul tiene las características de los cuentos de hadas, la búsqueda será más amplia aun en nuestro medio. Es como el buscar la imagen de Barbie en un país, que no estamos cercanos a aquello y de base encontramos, el pedido de un amor idealizado e infantil desfasado de la realidad, la búsqueda se puede prolongar nuevamente.
Un alma gemela, es un pedido de corte trascendente, pero a la vez con un tinte narcisista, como el buscar la propia imagen en reflejada en el agua. Lo gemelo como aquello que tiene que encajar, como un forzarlo, una figura que tiene un lugar y espacio. A lo que le sumamos, como será un alma gemela, un pedido de búsqueda complejo y abstracto.
En este panorama, si bien llevamos con nosotros expectativas, es necesario considerar que estas no se conviertan en un molde, en el que busquemos que el otro se enmarque.
A modo de reflexión, si ya se intentó lo que se ha intentado y no ha funcionado, se tiene dos caminos: el seguir probando la misma fórmula o camino y saber que encontraremos resultados similares y encontramos un camino para no conseguir lo buscado.

 

Alvaro Silva, terapeuta de parejas

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Buscando un principe azul como pareja

Es frecuente escuchar en consulta de terapia de pareja que uno de los miembros refiere que esperaba que él o ella sean el príncipe o princesa, si es azul mucho mejor.  De tal modo que le atribuyen a aquel miembro un conjunto de cualidades desde la fantasía y que luego comienza a explorar y no se encuentran presentes (la desilusión inicia)


En algunos casos se espera que él o ella sea todo un caballero andante o una princesa, y emergiendo incluso fantasías de salvación, sin considerar que tienen un lado humano con sus carencias, inherentes a la calidad del ser justamente humano.

Carencias que todos llevamos desde nuestras primeras relaciones objétales en la infancia y que vamos adquiriendo y llevando con nosotros en nuestras, si es que no se procesaron adecuadamente.
Cuando comienza a surgir el aspecto humano con las ausencias propias del mismo se comienza a medir con las propias idealizaciones de lo que se busca como el príncipe azul, como salvador o salvadora y es necesario mencionar que en las relaciones de pareja se debe de evitar el “idealizar” es necesario asumir que el otro tiene carencias y no es perfecto y no  es ningún salvador de la propia existencia, que en este escenario le estamos atribuyendo la responsabilidad de nuestra propia vida. Lo cual nos corresponde a cada uno de nosotros en nuestras distintas facetas.


Iniciado el proceso de idealización de la pareja, va a originar de por si fisuras en la relación, ya que en algún momento van a comenzar a surgir los “pero”, “no pensaba que era así”, “nunca pensé”, etc., de tal forma que la disconformidad emerge y con ella el pasar la factura. El pasar la factura como el que alguien tiene que pagar la frustración que le están ocasionando. Sin observar que el único responsable es aquella o aquel que idealizo, y no quiso ver o aceptar al otro con las carencias humanas naturales y propias del desarrollo.

Dr. Alvaro Silva