Machismo y violencia contra la mujer

Machismo en el Perú

El machismo es un elemento en el proceso de desarrollo de las diversas sociedades en su devenir histórico y cultural (transversal), en la que se presenta una sobrevaloración de la imagen masculina. Lo que de por si genera la asimetría y simetría en la estructura de poder interna en la relación de pareja. Lo cual se ha perennizado en diversas sociedades, principalmente las machistas. En nuestra cultura, la mujer se cosifica, se convierte en un objeto de posesión, al cual se le posee y se le cela en las relaciones de pareja. Si la mujer culmina su relación y decide re-iniciar su vida afectiva, muchas veces censurada y denigrada, mientras que el género masculino, puede ser celebrado ante su opción de separarse y al optar por una nueva pareja tan pronto culmina la relación, socialmente presenta permisos y aprobaciones que se dan por el hecho de ser de genero masculino.

La inequidad en el género se fomenta, la mujer asuma un rol asociado a expresar sus emociones, el cual erróneamente se le califica como débil y se encasillo tradicionalmente a labores domésticas para el cuidado de la familia educación de los hijos, acompañado de labores identificadas como “menores” en el ámbito doméstico (mal llamadas así), donde las acciones de “mayor” responsabilidad recaen en el género masculino (quien no se encuentra permitido el que exprese emociones y sensibilidades, debiendo ser fuerte y en ocasiones inexpresivo).

Socialmente se asoció a la mujer a escenarios que fomentan la visión de un género débil, que debe de depender del género masculino malamente concebido como “potente /fuerte” y en el que este el ultimo debe de asumir las diversas responsabilidades, desde los elementos económicos en el proceso de cortejo de la pareja, siendo mal visto tanto por el hombre como por la mujer que permite que uno de los miembros asuma el total de los gastos, y en mayor medida que el género femenino inicie un proceso de cortejo, porque el corresponde al género masculino dicho rol, como el que se exprese con libertad en el plano de la sexualidad para evitar ser censurada en el plano de un machismo. Se encuentra presente el riesgo de que el género femenino asuma un rol de dependencia como de debilidad, con el peligro de perennizarse.

La concepción de sexo débil como constructo es parte de la socialización infantil y herencia cultural como familiar que en variadas ocasiones cultiva miembros para el “servilismo” y “dependencia”, desde la creencia que para ser feliz se debe de complementar el ser humano con otro, lo cual en determinados contextos se impulsa al otro asumir un camino de emparejarse porque lo demanda la sociedad y donde no era necesariamente la ruta para el desarrollo ni satisfacción personal, como de pareja.

La intervención en terapia de pareja en contextos de asimetría es la generar espacios de simetría y empoderamiento al miembro que asumió el rol de debilidad y dependencia, con lo cual podremos disminuir los riesgos de violencia, dándose priorizar al empoderar, cortando el ciclo de ser objeto de posesión del otro.

 

Alvaro Silva, Doctor en Psicología

Teléfono: 980-980-808

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Infidelidad femenina y masculina

Infidelidad en el Hombre y la mujer

Desde una mirada de género, existió la imagen con matiz de denigración de la mujer y de sobrevaloración del hombre en la historia de la humanidad. Se pueden recordar el mandamiento cristiano que refiere: “no desearas a la mujer de tu prójimo” (encontramos que se desliza, desde el proclamarse, que la infidelidad, ya de por si era un problema presente en el género masculino y la mujer en un rol de objeto). Se presenta la ausencia para el género femenino o menor frecuencia de casos y en otros la mujer era lapidada o probablemente acusada de brujería o hereje. Con lo cual el rol femenino hacia la violencia fue declarado.

Dalmiro Bustos en su obra Peligro Amor a la Vista, refiere a Lilit, la primera mujer de Adán quien lo cuestiona en el ámbito de la intimidad, deseando ir arriba y disfrutar de la relación coital y refiriendo que no desea ir abajo, lo que le costó ser expulsada del paraíso y de las escrituras apareciendo en el Corán y no en la biblia católica. Mientras que Eva fue creada por un Dios desde la “costilla”, y posteriormente, de una parte, de Adán (quién fue creado en primer lugar, como preferencia al género masculino), Lo cual lo observaremos en el devenir de la historia, en un rol secundario. Asumiendo funciones por debajo del hombre.

El ser humano es polígamo, se establecieron un conjunto de convenciones sociales que fueron adoptadas por la sociedad occidentalizada principalmente que se orientan a la monogamia. Al hablar de poligamia engloba tanto al hombre como a la mujer, sin embargo, por un factor de genero se consideró al hombre como responsable de la mayor parte de los actos de infidelidad. Lo cual, no exenta a la mujer, por tradición y roles distribuidos esta fue excluida de su formación histórica social, desde el atribuirle funciones y roles de la feminidad asociados a ser responsable de la familia como de su desarrollo, como del amor en esta. El hombre en un rol de cazador, guerrero y proveedor, el amor y expresión de emociones no era su fuerte.

Surgen inquietudes y controversias en relación a la infidelidad masculina o femenina, si el hombre es más tendiente a la infidelidad que la mujer, en espacios sociales y culturales muy tradicionales, donde los niveles de instrucción educativos son bajos o muy precarios, es muy probable que persista aquella inclinación como hipotesis, sin embargo en espacios donde se socializa la información, las políticas de equidad de género, la informacion se homogeniza los pensamientos e ideas, hombre y mujer tienen los mismos deberes como derechos, lo cual es más propia de los espacios urbanos como cosmopolitas. Es muy probable que la intensidad de la infidelidad en el género femenino como masculino es parte de las relaciones de pareja en frecuencias muy similares, donde la virginidad ya perdió aquella sobrevaloración en pleno siglo XXI.

La infidelidad en la consulta psicológica y de terapia de pareja no se encuentra como patrimonio exclusivo del hombre, sino como rol compartido también por el genero femenino en las actuales generaciones. Desde el discurso de mujeres jóvenes: Si el hombre es infiel, porque no la mujer.

Es otro tema, el de si la infidelidad es mala o buena, aquello pasara por el tamizaje cultural del grupo de origen, sin embargo desde una postura de bienestar psicológico, cabría proponer que deberá primar la sinceridad antes que la formación de triangulo que acarrea sufrimiento tanto a quien la genera como quien es víctima de la misma. Lo cual también dependerá en ocasiones de la cultura personal de cada individuo y de su herencia familiar (cultural).

Lo que sí se puede referir es que algunas parejas pueden superar una infidelidad, otras no lo pueden, lo cual no atraviesa por la intervención psicológica, atraviesa el plano de su cultural, acuerdos internos, creencias y valores personales. En estos casos la intervención se centra en acompañar a superar la crisis generada por la infidelidad. Posteriormente se observara la posibilidad de re-armar a la pareja si ambos lo consideran posible.

Alvaro Silva, terapeuta de parejas

Teléfono: 980-980-808

Celos en la pareja

Los celos: Se vislumbra las crisis y separación en la pareja con  aporte desde las diversas redes sociales

Uno de los problemas frecuentes citados por los consultantes al servicio de terapia de pareja son los celos y no necesariamente las escenas  en la vía publica, los escenarios  cambian.

En nuestra cultura en varias  parejas se “mal” configura como una expresión de amor e interés, sin embargo, se convierten en una dinámica muy peligrosa que mayormente conlleva a la separación.

Los celos pueden surgir por algunos motivos, en algunos casos por un miembro de la relación de pareja que atravesó una situación compleja, plagada de inseguridades y aquello se lo  llevo a una relación disfuncional, generando:  el observar fantasmas donde no existían.  Y mal complementado por una pareja que funge del rol de psicólogo,  que opta por diagnosticar al otro. En este plano se entra en un plano delicado y sensible para quien es puesto como paciente.

Las relaciones de este tipo son difíciles de sobrellevar y sobrevivir como pareja, en estos casos es mucho más saludable dejarle aquel diagnóstico y exploración de la relación de pareja  al psicólogo/a de su elección.

En otros contextos los celos no surgen de la nada,  no hace falta ser  profesional de la salud psicológica para percatarse de cambios y actitudes inusuales en el otro.  Comportamientos que generan situaciones y extrañeza y que pueden generar malestar, escenas que en la actualidad se han masificado por la proliferación de los smarphones como de la instalación de diversos aplicativos como Facebook, Instagram, WhatsApp , servicios de  mensajería, etc. Que favorecen la participación e inclusión en diversas redes sociales. Como  la inclusión y en otros casos de agregación de nuevos miembros de alguna red social. Si bien el mundo de la privacidad es importante y el contemplar a una pareja que presione el revisar el smarphone en calidad de cateo, genera incomodidad, el dejar de prestar atención en un momento de pareja y centrarse en el móvil, genera mayor incertidumbre e inseguridad. Las suspicacias se incrementan al contestar llamadas en espacios muy privados o salir  fuera de la habitación para mantener una conversación, como el cambiar de pantalla al acercarse la pareja.

Los cambios de comportamiento de parte del otro generan suspicacias las cuales posteriormente desembocaran en los celos, el pedir confianza es un primer paso, sin embargo, es el preguntarse que se encuentra haciendo el otro para generarla.

Perú es una sociedad muy tradicional arraigada en el machismo, a pesar de los cambios sociales que se dan en nuestra sociedad, aún persisten tendencias en relación a la posesión de la pareja, lo cual puede desembocar en agotar la tolerancia del otro miembro, el llamar con persistencia por un afán de control y no de expresión de afecto regulada considerando las posibilidades y condiciones del espacio laboral, generan conflictos posteriores en la relación, desde considerar escenas con terceros, como el sentir un ahogo como característica de la relación.

Los acuerdos juegan un papel importante en una relación, el romper acuerdos desembocan y en otros suman con el tiempo para la generación de situaciones y escenas de celos, desde el recordar que los celos son la expresión de la inseguridad en uno o ambos miembros, y el no cumplir acuerdos se convierte en generadores de incertidumbre y desconfianza. Desde el deterioro y pérdida de valor en futuros acuerdos como relación de pareja.

Inteligencia emocional en la pareja

Como evitar los problemas de pareja

Los problemas de pareja existen, mayormente por conflictos en la relación presentes o pasados no resueltos, promesas incumplidas, malestares acumulados, decepciones, resentimientos, etc.

La gestión de los conflictos desde lo racional es un camino, solo que incompleto, ya que la mayor parte de las parejas conoce y sabe que los problemas mencionados líneas arriba genera malestares y separaciones. Desde esta perspectiva, el problema no se encuentra en lo neocortical, si en las gestión de las emociones y desde esta perspectiva hablamos de la necesidad de fortalecer la inteligencia emocional en los miembros de la pareja, el manejo emocional individual puede  marcar la diferencia entre una separación o el continuar con una relación salvaguardando las dificultades.

Desde la postura del manejo de las emociones es importante mencionar que la empatía como aspecto de mejora es uno de los primeros pasos para mejorar una relación, en el sentido de tener la capacidad de sintonizarse emocionalmente con la pareja para poder entender aquello por lo que atraviesa y no mirar la relación solo del lado propio, si no desde dos posturas o inclusive una tercera panorámica.

Otro aspecto a fortalecer en el aspecto individual es la incrementar la tolerancia al estrés, de por si toda relación humana va a generar un nivel de estrés, y la pareja no es la única relación que se mantiene, ya que nos mantenemos en constante interacción y estas generan un nivel de estrés que puede sobrecargar a alguno de los miembros y desembocar en la pareja, relaciones con compañeros de estudios o de trabajo, con los proveedores, autoridades, etc.

Mejorar la capacidad de introspección facilitara que ambos tengan la capacidad de identificar por que tipo de emociones se encuentran atravesando para disminuir el efecto de las mismas o comunicar asertivamente si es el momento o no de relacionarse, cabe recordar que no todos los días son buenos, tampoco todos son muy malos, los días mayormente tiene  una dosis de mixta, solo que sus proporciones pueden variar. En este contexto el comunicar al otro como se siente ayudara a mejorar su relación.

Un cuarto elemento es la mejorar las relaciones interpersonales que implican en este contexto la capacidad de confiar antes que invadir, dialogar antes que acusar y señalar.

La consulta psicológica y asesoría profesional no necesariamente debe de darse en situaciones de urgencia y crisis, donde la recuperación de la pareja puede implicar un mayor nivel de desgaste,  el intervenir en contextos de prevención es una alternativa para la mejora como relación, desde el espacio de consulta y terapia de pareja.

Cambiar a la pareja

En variadas ocasiones al espacio de consulta de pareja surgen expresiones, como: “yo esperaba que cambie”, “no es lo que me esperaba”; en otros casos: “He deseado moldearla/o” “he querido que sea a mi forma”. En este sentido cabria mencionar que no vieron en el otro quien era en realidad o plasmaron una imagen idealizada que no es la que corresponde en la pareja. Es importante que la pareja se acepte como es, consideran los aspectos de mejora continua como parte de ser una persona de bien, sin que ello implique cambiar al otro como yo deseo o que el otro sea imagen interna que uno desea “amoldar”, “amasar”, porque simplemente no se es aquella persona. Si se va por ese camino, es muy probable que se encuentre en camino de una desilusión.

Aquello se pareja en parejas que buscan algo y consideran que el otro podrá alcanzar aquella forma, perfil, forma de ser. Por la intencionalidad de un externo.

Un primer paso antes de decidir casarse, quien escribe es de la propuesta de ser ser enamorados, convivir y si lo consideran pertinente: el casarse. En el ser enamorados se conoce a al otro sin embargo, no como se debiera ya que se comparten espacios temporales, en ocasiones muy breves de horas y en otros casos de fines de semana. En la convivencia como pareja se conocerá y ambos podrán observar su proceso mutuo de acomodación reciproca, donde la tolerancia reciproca se pondrá en evidencia si consideran que ambos como pareja con el transcurrir del tiempo se consolidan o “sin” pesar del tiempo invertido, como pareja presentan dificultades para compatibilizar. Es mucho más complejo si la pareja por impulso y conocerse muy poco decide casarse ya que un tema legal como cambio de estado civil se inicia, como involucrar a terceros.

Desatención en la pareja

Las relaciones de pareja se construyen en base al proceso de interacción, tradicionalmente presenciales. En momentos actuales, el prestar atención por los medios virtuales también cuentan. La presencia del otro a través de las redes como Facebook o WhatsApp han tomado un peso muy grande al estar los espacios virtuales con los presenciales involucrados  y entrelazando los diversos espacios por donde se relacionan las parejas.

Las relaciones se deterioran desde el ignorar al otro, entiéndase como falta de afecto, de contacto, de atención, de dialogo, vinculo sexual, generando en el otro el sentimiento de disminución y desvalorización.  En este sentido, las redes sociales se han convertido en medios que han afianzado una relación por ya no ser solo espacios aislados, se convirtieron en espacios con trascendencia en el mundo real, desde que la gran mayoría de usuarios disponen de un dispositivo de contacto. Al respecto el INEI, en una encuesta realizada en abril del 2016 señala que el uso de internet en nuestro medio se incrementó a 62.1%, donde el 17.6% usa el internet a través  de un teléfono celular.

Las quejas de los consultantes expresados como generadoras de malestar y como de desatención se centran en el no contestar el teléfono, apagar el celular, no responder los mensajes de texto y de servicios de mensajería, brindar respuestas muy puntuales y cortas. Evitar dar expresiones de afecto por vía telefónica y de mensajería.


La ausencia expresada como indiferencia hacia el otro genera una relación que se degrada en el tiempo, donde uno de los miembros es muy probable que intente sostenerla, en el caso de persistir la indiferencia la separación no declarada de una pareja con el tiempo se concreta al convertirse esta insostenible para alguno o ambos  miembros.


En el caso de desear evitar una separación, el prestar atención y acogida al otro es uno de los caminos recomendados.